Los días raros

Observa la situación, asómate a la ventana, al balcón o sube a la azotea, la calle está vacía, si acaso alguna persona que viene de trabajar o la policía, guardia civil o el ejército avisando para que nos quedemos en casa.

¿No hemos vivido esto antes? Pues sí, pero en películas, en alguna de estas megaproducciones que le gustan a los americanos como “Soy leyenda” o “Apocalypse Now” o alguna serie de Netflix como “Black Mirror” o “Mr. Robot”.  Pero esto no es una peli, es la realidad, una realidad rara, extraña, que viene dada por un virus, coronavirus, COVID-19, algo que no podemos tocar, pero está, que nos ha invadido, a nosotros la sociedad de la tecnología, la del “lo quiero, lo tengo”, la del Iphone 11 Pro,  pero que no tiene una vacuna para frenar esta pandemia.

Y con todo esto, nos piden tranquilidad, paciencia, piensa en positivo, haz vida normal, ocupa tu tiempo, no te dejes llevar por el pánico, de todo se sale y más fuerte… ¿Algo más? ¿Y cómo lo hacemos? Como dice algún meme por ahí, la palabra “cálmate” ha calmado a cero personas a lo largo de la Historia de la Humanidad, así que si lo vas a hacer, hazlo, pero planteando los recursos necesarios para poder aplicarlos, no solo palabras, sino actuaciones, porque las personas somos pensamiento y conducta.

Recomendaciones prácticas para afrontar esta situación de confinamiento

Normalicemos sentir miedo e incertidumbre

Quizás unas de las peores sensaciones del ser humano, pero existen y como tales tenemos que saber afrontarlas.

El miedo es una emoción ancestral, que puede ser racional, por ejemplo, puedo contagiarme de coronavirus si no sigo las instrucciones sanitarias recomendadas, o irracional, vamos a morir todos/as, gracias a la cual detectamos un peligro inminente y tratamos de hacerle frente a través de la evitación, el bloqueo o la huida. El miedo a lo desconocido, nos lleva a la incertidumbre, el no saber qué pasará, cuánto tiempo vamos a estar en casa, si nos contagiaremos o no, si llegará pronto la vacuna. Esto nos puede provocar nerviosismo, angustia o ansiedad.

Piensa que si no tuvieras miedo, no verías el peligro, en este caso el contagio del virus, y te lanzarías a la calle, te seguirías relacionando como de costumbre, trabajo, estudios, viajes… Lo que provocaría que la situación fuese a peor.

Reconoce los momentos de nerviosismo, y busca la causa que los provoca, está más que justificada. Lo raro sería no sentirlo o ignorar la realidad que está pasando.

Confíemos en los/as expertos/as

Debemos estar informados/as adecuadamente. Para ello tenemos que buscar noticias de medios oficiales para que nos trasmitan con prudencia y de manera constructiva lo que está pasando.

Evita rumores y bulos de dudosa procedencia, y hablar todo el rato del tema. Haz un uso responsable de las redes sociales.

Sigamos con la rutina introduciendo nuevos cambios

Nuestra rutina va a cambiar durante estos días, adáptala a las nuevas circunstancias. Si por razones de fuerza mayor, como es esta pandemia, estás trabajando desde casa o tu empresa ha parado la producción y por lo tanto estás en casa sin trabajar, piensa que es algo que durará un tiempo determinado

Duerme las horas necesarias para descansar, no dejes que te absorba la cama. Durante el día, haz aquellas tareas que tenías pendiente, organízate de una manera flexible y realista, sabiendo que a veces cumplirás con todo lo pensado y otras no, no te fustigues por ello. Si tienes hijos/as transmítele esto mismo, pasa tiempo con ellos/as ahora que puedes, háblales de la situación de manera que lo entiendan y así podréis convivir de una manera más fácil y cómoda.

Respeta los espacios y los tiempos. A veces necesitarás estar sola/o y otras la compañía de los tuyos, es algo normal, no por vivir con tu pareja tenéis que estar 24 horas uno al lado del otro en el sofá. Si tu jornada laboral acaba el viernes, cambia el chip, ¡ya es fin de semana! Deja el ordenador y los papeles a un lado, debes pasar a tu ocio, aunque sea en el mismo espacio. Recuerda practicar deporte de manera regular si ya lo hacías antes. Si nunca te has puesto, podría ser el momento de empezar como aficionado/a, no como atleta olímpico/a.

¡Bendito aburrimiento!

Después de llenar todos estos días de tareas y actividades, llegará el tan temido pero necesario aburrimiento. Vivimos una sociedad que nos castiga por aburrirnos o no llenar nuestro espacio de tareas, viajes, conciertos, salir a restaurantes, bares, socializarnos de manera obligatoria. Te sientes culpable o te frustras cuando no tienes nada que hacer, cuando te aburres. De esta situación excepcional podemos extraer un buen aprendizaje, aburrirse es sano. Pasemos un rato dedicado al aburrimiento, al espacio en blanco en el horario. Gente aburrida gente creativa, y los/os niños/as aún más.

Mantén el contacto

Somos seres sociales y como tales necesitamos tener contacto unos con otros y el hecho de estar en casa no significa estar aislados/as. Hoy en día gracias a la tecnología podemos vernos sin estar delante, imaginaos por un momento en la época de nuestros/as abuelos/as, madres y padres, si ellos sobrevivieron, ¿por qué nosotros/as no?

Podéis hacer una videollamada con familia, amigos, compañeros de trabajo… Cuando todos estéis disponibles para así saber cómo estáis y transmitiros tranquilidad y ánimos en estos días tan necesarios.

Cuida  lo que dices y cómo lo dices

La convivencia puede ser fácil si existe la norma básica, el respeto.  Debemos de cuidar nuestros pensamientos y emociones, sabiendo que a veces nos sentiremos derrotados, con miedo y no veremos el final de esta situación. Permítete estar mal, sin crear una falsa y constante felicidad que desembocará en frustración y malestar. Transmite cómo te sientes de manera constructiva, comunicándote de forma asertiva, “yo estoy bien, tú estás bien” y empática, tratando de entender cómo se sienten el resto de personas. Esto debe ser una constante sobre todo si hay niñas/os en casa, recuerda que somos lo que vemos y oímos.

Pensemos que esto es algo temporal y que no hay mal que cien años dure. Saquemos el lado bueno de las cosas, porque lo hay, somos gente solidaria, responsable, cívica, ingeniosa, con sentido del humor y que sabemos que la unión hace la fuerza. Juntos/as saldremos de esta.

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