Terapia familiar: ¿en qué consiste?

Una familia es una especie de empresa donde cada miembro tiene un rol, desempeña una función, tiene una organización y dinámica propia y entre ellos existen unas normas y límites a veces implícitos y otras expresados de alguna forma.

Quizás si piensas en alguien haciendo terapia, te imaginas a una persona en un despacho interactuando con el psicólogo o psicóloga o un grupo de personas haciendo terapia de grupo, como a veces en las películas. Pues bien, también existe la terapia familiar, donde el objetivo principal es la familia.

¿En qué consiste la terapia familiar?

La terapia familiar tiene como núcleo de actuación a la familia. Se trabaja sobre ésta para dotarla de recursos y mecanismos que la hagan manejar y resolver conflictos de manera constructiva, saliendo reforzadas la propia familia, así como cada uno de sus miembros.

La familia

El concepto familia hace referencia a la organización social más extendida en el mundo, es la base del desarrollo del ser humano y permite la construcción personal de cada uno de sus componentes a través de las llamadas dinámicas familiares.  Estas son maneras de relacionarse entres sus miembros, que a través de sus actuaciones adquieren  un modelo determinado, más funcional y adaptativo o viceversa, sobre cómo percibir, interpretar, relacionarse y lidiar con las diferentes situaciones que se presentan a lo largo de nuestra existencia. Se aprenden capacidades tan básicas como el uso y detección de emociones, así como el manejo de las relaciones con  personas parecidas a nosotros/as.

Por esta razón para que se dé este tipo de terapia debe existir algún conflicto entre dos o más miembros de la familia. Se focalizaría el tratamiento en esta situación implicando a los demás componentes, porque es de sobra sabido que aunque no lo parezca cada uno uno/a juega su papel y es igualmente importante el que se encuentra en el centro del problema como el/la que se encuentra al margen. Cada persona dentro de la estructura familiar tiene su rol asignado y es partícipe de la dinámica familiar a la que “juegan”. Se trata de desmontar los patrones de interacción desadaptativos que están perpetuando el conflicto.

Muchas veces el principal problema que se platea en la terapia familiar es la falta de comunicación o una mala comunicación. Esto da lugar a conflictos individuales provocados por una situación familiar patológica. El no saber cómo manejar determinados aspectos familiares, hace que sus miembros acaben por desgastar a la familia y cree un ambiente de tensión que se convierte en una constante de la que no se sabe salir.

Dinámicas del comportamiento

Dentro de la terapia familiar existen varias corrientes, aquí vamos a contar brevemente la más utilizada y eficaz, es la terapia familiar sistémica. Esta corriente tiene como foco principal a la familia, y considera que las personas y sus conflictos están íntimamente relacionados y se retroalimentan dentro de un contexto familiar.

La familia es el sistema donde los elementos que lo componen interactúan dinámicamente, generando una cualidades propias del ambiente familiar y que son independientes de los que puedan tener los miembros por separado. El comportamiento y la experiencia de una parte de la familia es inherente a esta, y no se puede separar del resto de componentes y sus cualidades.

El sistema familiar, tiene como característica principal que es abierto, recibe información del exterior, del entorno y del contexto donde se desarrolle, a la vez que intercambia su propia información con él para adaptarse y sobrevivir en ese medio.

El modelo sistémico no trata de modificar la conducta disruptiva de manera independiente dentro del sistema familiar, sino cambiar las dinámicas familiares, que favorecen que el problema aparezca.

El objetivo es llegar al centro del problema contemplando tanto los agentes que lo causan como las dinámicas familiares positivas que pueden fortalecer la resolución de esa situación como de cada uno de los miembros de la familia.

Algunos puntos claves de la terapia familiar sistémica son:

  • Procesos comunicativos.
  • Afectividad y emociones expresadas / no expresadas.
  • Asignación de roles o cambio de los mismos.
  • Estructura familiar.
  • Límites familiares.
  • Negociación de conflictos.
  • Relaciones de poder.

El no saber manejar alguno o muchos de ellos lleva, en la mayoría de las familias a una desestabilización en su estructura y como consecuencia a conflictos familiares que deben ser modificados a través de la terapia familiar.

La / el psicólogo

Por último, pero igualmente importante, es el papel que juega en la terapia familiar la figura de la/el terapeuta. Se base en el modelo que sea, la característica fundamental de un/una psicólogo / a en una sesión familiar es la neutralidad. Este requisito se basa en el no posicionamiento de la /el profesional con ningún miembro de la familia, ya que si lo hiciera la terapia carecería de objetividad. Cuando esto se consigue, el/la terapeuta se encarga de escuchar a todos los miembros, dar paso para que cada uno/a exprese su opinión libremente y así se puedan valorar de forma independiente por cada participante.

A veces, y según en modelo a seguir en la terapia, el/la psicólogo / a puede centrar la atención en un determinado miembro o aspecto importante de la dinámica familiar, pero esto no significa tomar partido, sino poner en valor algo que se considera necesario para avanzar en el sistema familiar.

En otros casos, el/la terapeuta se mantendrá como un/una observador/a externo/a y se limitará a indicar patrones de comportamiento familiar tanto beneficiosos como perjudiciales para el sistema familiar. Otras veces, puede meterse en el papel de algún miembro más para provocar diferentes puntos de vista en los demás elementos de la familia.

Si necesitas ayuda, contacta con nuestro psicólogo en Dos Hermanas y solicita una cita sin compromiso.

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