Adicciones. ¿Cuáles son las características de una conducta adictiva?

En todas las culturas se han utilizado las drogas para obtener diferentes efectos, ya sean euforizantes o psicodélicos y con fines muy diversos: religiosos, curativos, diversión, evasión, búsqueda de nuevas sensaciones…

La humanidad ha tratado de buscar sentido a su existencia a través del consumo de drogas sin llevarles definitivamente a ningún fin sano. 

Desde el comienzo de los tiempos se ha fumado tabaco y marihuna, bebido alcohol, mascado hoja de coca etc. Pero en los tiempos modernos todo lo anterior se ha mezclado con sustancias químicas, cocaína, heroína, LSD, por poner algunos ejemplos que han traído consigo la aparición de nuevas adicciones con sustancia, a las que hay que sumarle las comportamentales o sin sustancia.

Las adicciones deben ser consideradas un problema de salud pública y no solo ver sus efectos a corto plazo, que a veces pueden resultar beneficiosos o placenteros, sino educar y prevenir en los que producen los efectos a medio largo plazo, que aunque tardan más, siempre llegan.

¿Qué es una adicción?

Es un consumo repetitivo por el que la persona que lo hace llega a intoxicarse de manera puntual o continuada,  existe un deseo compulsivo de la sustancia o sustancias y no se puede controlar de manera voluntaria el consumo. Para conseguir la droga o llevar a cabo la conducta adictiva se utiliza cualquier medio ya sea legal o ilegal que lleve a este fin con las debidas consecuencias negativas para el consumidor y la gente que lo rodea.  

La adicción se caracteriza por:

  • Compulsión para realizar  la conducta, sobre todo cuando esta no está disponible.
  • Poco control o ninguno sobre la conducta.
  • Sensación de malestar o alteración del estado de ánimo  cuando la conducta no se puede hacer o es interrumpida.
  • Ejecución de la conducta a pesar de los efectos negativos a nivel personal, familiar, social y laboral.

El mayor problema de una adicción son las consecuencias que aparecen a largo plazo, pero al dilatarse en el tiempo la persona que consume no es capaz de ver sus efectos negativos. En la mayoría de los casos los adictos las saben casi como si las hubieran estudiado, pero al verlas tan lejanas y la recompensa momentánea es tan placentera el hecho de abandonar la conducta adictiva se hace aún más complicado.

Características de una conducta adictiva

  • Compulsión o pérdida de control. Se convierte en el principal problema, la persona y su día a día se centran en conseguir la droga para consumirla, y harán todo lo posible para tenerla apareciendo incluso acciones ilegales y que pongan en riesgo su vida si resulta difícil obtenerla.
  • Síntomas de abstinencia. Aparecen cuando no se puede llevar a cabo la conducta de consumo, ya sea haciéndolo por parte del individuo en un intento de dejar la droga al haber tenido algún episodio negativo durante el consumo o bien impuesto desde fuera, ingreso en centro, por parte de familiares..
  • Tolerancia. Aumento en la dosis de la sustancia para tener los mismos efectos que se tenían al principio del consumo. El incremento también se da en el tiempo y en el esfuerzo dedicado a la conducta adictiva, girando la vida de la persona al consumo.  Además de la tolerancia farmacológica, propia de cada sustancia, también hay que añadir la tolerancia conductual, donde el individuo percibe efectos causados por la droga debido al aprendizaje durante el consumo y/o los estímulos ambientales que se dan durante este. Otro concepto a tener en cuenta es la tolerancia cruzada, esta se da cuando una droga produce tolerancia a otra con la que está emparentada, es decir, hay una disminución del efecto de la dosis de la sustancia como consecuencia del consumo continuado de otra, como por ejemplo en el caso del alcohol y los barbitúricos.
  •  Intoxicación, es común en todas las sustancias químicas. La persona intoxicada se transforma en otra y actúa como si estuviera fuera de si misma.
  •  Desadaptación personal, familiar, laboral y social. La conducta de consumo lleva a un deterioro en todos los aspectos de la vida de una persona. Es difícil que alguno de ellos no se vea afectado, sobre todo cuando existe más de una adicción, politoxicomanía o poliadicción, es el caso del alcohol y el juego patológico.

Adicciones químicas o con sustancias

Debido a la existencia de drogas legales en nuestra sociedad tales como alcohol y tabaco, a veces, es difícil establecer el límite entre uso, abuso y dependencia. Las nuevas formas de consumo sobre todo en jóvenes y adolescentes, casi han terminado con el estereotipo de varón, adulto, alcohólico que se pasaba las horas en la tasca bebiendo vino, coñac o arguardiente.

La nueva generación opta por el consumo conocido como ”atracón de fin de semana” caracterizado por un consumo excesivo y abusivo de bebidas de alta graduación en un corto período de tiempo  cuya finalidad es conseguir el estado de embriaguez en el menor tiempo posible.

Ha sido el famoso “botellón” el que ha propiciado este nuevo tipo de consumo en calles, plazas o descampados donde muchas veces menores de edad, compran el alcohol en supermercados a precios muy bajos que les permite conseguir muchas dosis a partir de un litro de una bebida alcohólica de alta graduación. Este tipo de consumo trae consigo nuevos problemas y un abordaje nuevo para afrontarlos. Además, no es exclusivo del alcohol, ocurre igual con el tabaco, el cannabis, las drogas de diseño, etc.

Hay que tener en cuenta que cualquier sustancia o conducta es susceptible de ser adictiva en cuanto se pasa del uso al abuso, conceptos que veremos a continuación. 

Probablemente, el patrón de consumo cambie y las sustancias o conductas adictivas lo hagan de igual manera, pero la adicción estará ahí, solo que el concepto de persona adicta puede cambiar, quizás al consumir solo los fines de semana pueda llevar una vida “más normalizada”, esa persona estará más adaptada socialmente. No se nos viene a la cabeza un yonki tirado en un callejón con una jeringuilla colgando del brazo, pero la adicción está igualmente, y lo está en esa chica o ese chico que espera ansiosa al fin de semana para beber hasta el coma etílico o fumar porros hasta perder la conciencia, ellos y ellas son los adictos  de nueva generación.

Uso, abuso y dependencia de drogas

  • El uso de una droga no tiene porque llevar asociado un malestar ni efectos negativos. Se consume de una forma intermitente, sin una periodicidad marcada y con largos intervalos de abstinencia. Se hace en grupo y el individuo sigue con su vida cotidiana sin que la droga interfiera en ella.
  • El abuso se produce cuando se da un uso repetido aún sabiendo las consecuencias negativas que produce esa droga.  La persona es conocedora de los efectos “positivos” que causa la droga en su organismo y consume para experimentarlos con asiduidad.
  • La dependencia  se produce cuando la vida de una persona gira entorno únicamente al consumo. Se da un deseo irrefrenable de consumir por encima de todo, apareciendo una serie de manifestaciones comportamentales, físicas y cognoscitivas cuyo único fin es conseguir la droga y consumirla.

Hay otros conceptos que también deben conocerse tales como las recaídas, muy típicas dentro de un proceso de desintoxicación, después de un período de abstinencia. El consumo de la droga después de un tiempo da lugar a la aparición más acelerada de los síntomas de la dependencia si se compara con  personas no dependientes; el síndrome de abstinencia, son un conjunto de síntomas físicos y psicológicos que dependerán de cada tipo de droga. La dependencia psíquica o psicológica se da cuando es necesario consumir la droga para obtener el placer deseado o evitar el malestar;  potencial adictivo, capacidad  que tiene una sustancia de producir más o menos dependencia en las personas que la consumen.

Adicciones comportamentales o sin sustancia

Aunque cuando hablamos de adicción la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de una persona consumiendo una sustancia, las adicciones también pueden ser a conductas, teniendo las mismas características que las adicciones a sustancias, pérdida de control, dependencia, síndrome de abstinencia, tolerancia, vivir para y por de esa conducta, etc.  Las más conocidas son el juego patológico, adicción a la comida, al sexo, el trabajo o las compras compulsivas y las más actuales,  la adicción a las nuevas tecnologías. 

La adicción al juego ha sido la más estudiada por su número de personas adictas y la única adicción sin sustancia que se recoge en los manuales de diagnóstico. Se relaciona sobre todo con las máquinas tragaperras, que por su  fácil acceso, se juega con cantidades de dinero pequeñas y posibilidad de ganancias importantes y la inmediatez  de la recompensa hacen de estas maquinitas unas manipuladoras ejemplares.

Las adicciones sin sustancias tienen el mismo tratamiento que las adicciones químicas, con la salvedad de que la desintoxicación se hace sobre una conducta y no sobre una sustancia. El proceso conlleva tolerancia, síndrome de abstinencia y posibles recaídas. Por esta razón no se deben dejar pasar conductas abusivas sobre móviles, videojuegos… que en principio nos parecen tan cotidianos y que casi no podemos vivir sin ellos, pero que finalmente pueden acabar en una adicción, sobre todo en población adolescente y joven que ya nacieron con la tecnología incorporada.

Si lo necesita, nuestro psicólogo especialista en adicciones en Dos Hermanas le ayudará con su tratamiento.

Comparte esta entrada con tus amigos:

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp

Deja un comentario