Papá, mamá, por vuestra culpa…

Bien dicen por ahí que los hijos aprenden no de lo que sus padres dicen, sino de lo que sus padres hacen y sienten. Un nuevo estudio reporta que la ansiedad social de los padres es un factor de riesgo para que los niños también la desarrollen. La falta de afecto y el exceso de críticas son las conductas a través de las cuales los padres demuestran esa ansiedad y se la trasmiten a los niños.

Cuando te conviertes en padre o madre, llega a tu vida el regalo más lindo e importante. El amor y el respeto que haya en tu hogar serán el modelo para que esos hijos crezcan en un ambiente emocional sano. Ellos son una “fotocopiadora” de todo aquello que dices y de las emociones que manifiestas. Por eso, no es una coincidencia que las emociones también se aprendan. Si los padres sufren de ansiedad social (el tipo de ansiedad más común), los hijos también pueden desarrollar ese tipo de trastorno.

Un estudio reciente realizado por unos médicos del Centro Pediátrico John Hopkins confirma que cuando los padres sufren de trastorno de ansiedad social –que es la forma más frecuente de ansiedad-, los niños están en mayor riesgo de desarrollar ansiedad. Además, el estudio dio ejemplos de las conductas de los padres que aumentan este riesgo en los niños: la falta de calidez y afecto y las constantes críticas y dudas.

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de investigación analizó las interacciones entre 66 padres con ansiedad (21 diagnosticados con ansiedad social y el resto con otra forma de ansiedad como pánico o trastorno obsesivo compulsivo) y sus hijos de entre 7 y 12 años de edad.

Se armaron equipos entre padre e hijo y se grabó un video mientras trabajaban juntos para escribir discursos sobres sí mismos y para copiar diseños. Esta tarea la tenían que terminar en un lapso de 5 minutos, mientras que los investigadores calificaban en una escala de 1 a 5 el afecto y las críticas que los padres mostraron a sus hijos.

Al final de la prueba, se demostró que los padres con ansiedad social eran menos afectivos y cálidos con sus hijos. También tendían a criticar más a sus hijos y a dudar de su capacidad para completar la tarea.

Este estudio proporciona datos útiles para que los psicólogos que están tratando a los padres con ansiedad, tengan en cuenta que es importante discutir cómo esta condición puede tener un impacto en la salud mental de sus hijos. De la misma manera, proporciona información acerca de que la ansiedad no solamente se hereda, sino que los factores ambientales y la interacción con los padres son catalizadores para su desarrollo.

Es importante prevenir la ansiedad en los niños, pues si no se trata o se detecta, puede conducir a la depresión, al abuso de sustancias y a un rendimiento deficiente en la escuela.

Si tienes alguna duda respecto a los trastornos de ansiedad, consulta con tu médico o con un profesional calificado. Piensa que además de tu salud, también está en juego la salud de tus hijos.

Fuente:www.vidaysalud.com

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